LIBERTAD
Por virtud de la imagen y semejanza que guarda con el Gran Arquitecto del Universo, el hombre nace libre; de ahí que la libertad se entienda como el esfuerzo de religarse con el ser supremo, pues la senda del conocimiento lo facultará para decidir si quiere hacer algo o no, haciéndolo responsable de sus actos. Siempre libre para amar.
IGUALDAD
A partir del origen divino, la masonería reconoce que todo hombre posee, de modo natural, las mismas facultades; la única diferencia se produce en razón del vicio y la virtud. Siempre igual entre mis iguales.
FRATERNIDAD
La masonería ilustra que el amor fraternal se logra con la unión de hermanos que reconocen en el Gran Arquitecto del Universo su origen común, lo que produce bendición y vida eterna, pues se saben hijos amados del ser supremo. Siempre fraterno con la humanidad.